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Detección de cáncer cervicouterino

El cáncer cervicouterino o cáncer del cuello de la matriz, es un importante problema de salud pública. Es la segunda causa de muerte en mujeres a nivel mundial y la primera en países en vías de desarrollo. En México, el cáncer del cuello de la matriz, ha sido la neoplasia más común en las mujeres en las últimas décadas y es la principal causa de muerte por cáncer entre mujeres de 25 a 64 años. La infección por el virus del papiloma humano se ha identificado como el agente causal, provocando lesiones precursoras de cáncer. La lenta evolución de la enfermedad y la accesibilidad de células del cérvix para su estudio, permite tener tiempo y herramientas para detectar y erradicar la enfermedad, si el diagnóstico se hace oportunamente, lo que hace que el cáncer del cuello de la matriz sea 100% prevenible. La citología cervicovaginal o Papanicolaou, la colposcopía, y las pruebas moleculares para detectar ADN de papilomavirus humano son métodos utilizados en el diagnóstico de esta enfermedad. Pueden considerarse pruebas complementarias entre sí, ya que forman parte del protocolo de estudio de las mujeres con lesiones cervicales precursoras de cáncer y cada una tiene una indicación especial.

En los estudios epidemiológicos han demostrado que existe una asociación entre determinadas conductas y hábitos sexuales de la mujer o su pareja y el cáncer del cérvix. En este sentido se consideran factores de riesgos principales: el inicio de la vida sexual a una edad temprana, y la existencia de múltiples compañeros sexuales, infección del virus del papiloma humano, tabaquismo, infecciones de transmisión sexual, mujeres inmunocomprometidas. Se clasifican en virus de alto riesgo los relacionados a lesiones precursoras, y a cáncer cervcicouterino, siendo los más frecuentes, los serotipos 16 y 18, y los serotipos de bajo riesgo son 16 y 11 causantes de verrugas genitales. No todas las lesiones producidas por el VPH van a desarrollar un cáncer, la gran mayoría de más del 90% de la infecciones por VPH se resuelven en 2 años. Una minoría de infecciones por VPH de alto riesgo persisten durante 5-20 años y estos son los verdaderos precursores del cáncer. La infección persistente VPH de alto riesgo es un paso necesario para el desarrollo de algunos canceres.

Signos y síntomas del cáncer de cuello uterino

Las mujeres con cánceres de cuello uterino en etapa temprana y precánceres usualmente no presentan síntomas. Los síntomas a menudo no comienzan hasta que un precáncer se torna en un cáncer invasivo verdadero y crece hacia el tejido adyacente. Cuando esto ocurre, los síntomas más comunes son:
Sangrado vaginal anormal, tal como sangrado después de sostener relaciones sexuales (coito vaginal), sangrado después de la menopausia, sangrado y manchado entre periodos y periodos menstruales que duran más tiempo o con sangrado más profuso de lo usual. El sangrado después de una ducha vaginal o después del examen pélvico es un síntoma común del cáncer de cuello uterino, pero no de precáncer.
Una secreción vaginal inusual (la secreción puede contener algo de sangre y se puede presentar entre sus periodos o después de la menopausia).
Dolor durante las relaciones sexuales (coito vaginal).

Estas señales y síntomas también pueden ser causados por otras condiciones que no son cáncer de cuello uterino. Por ejemplo, una infección puede causar dolor o sangrado. Aun así, si usted presenta cualquiera de estos problemas, debe consultar inmediatamente a su médico (aunque se haya estado haciendo regularmente las pruebas de Papanicolaou). Si es una infección, necesitará tratamiento. De ser cáncer, ignorar los síntomas puede permitir que el cáncer progrese a una etapa más avanzada y que se reduzcan sus probabilidades de un tratamiento eficaz.

Lo mejor es que no espere a que aparezcan los síntomas. Hágase regularmente las pruebas.

Cualquiera de estos síntomas debe comunicarse a su médico. Cuando aparezcan estos síntomas, es importante hablar sobre ellos con su médico aunque se asemejen a los síntomas de otras enfermedades menos graves. El diagnóstico y el tratamiento precoces, especialmente en los primeros estadios del cáncer o en la etapa precancerosa, mejoran las posibilidades de prevenir o curar el cáncer.

Si le preocupa uno o más de los síntomas o signos indicados en esta lista, hable con su médico. Su médico le preguntará cuánto hace que tiene el o los síntomas y con qué frecuencia los ha tenido, además de otras preguntas. Esto ayudará a averiguar la causa del problema, lo que se denomina diagnóstico.

Si se diagnostica cáncer, el alivio de los síntomas sigue siendo un aspecto importante de los cuidados y el tratamiento del cáncer. Esto también puede recibir el nombre de manejo de los síntomas, cuidados paliativos o cuidados de apoyo. Asegúrese de hablar con su médico sobre los síntomas que experimenta, incluido cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntomas.